Origen y presencia en la cocina La práctica de mezclar sabores ácidos y dulces es muy antigua y está presente en diversas culturas culinarias. Por ejemplo, ya en la cocina romana y medieval europea se empleaban ingredientes como miel, vinagre y agraz para lograr este efecto, y la tradición ha continuado en cocinas como la alemana, escandinava, rusa, judía y, sobre todo, la china. En la gastronomía asiática, el sabor agridulce es especialmente popular, destacando platos como el cerdo agridulce cantonés, cuya salsa combina vinagre, azúcar y otros ingredientes para lograr ese equilibrio.